Venezuela al Mercosur y alguna que otra hipocresía

Hoy entra la "Pequeña Venecia" al Mercado Común del Sur (Mercosur), y como siempre, entre vítores y abucheos. Y en cierto modo, quizás ambos puntos de vista tengan algo de razón.

Lo más polémico es cómo llegó Venezuela al Mercosur: gracias a un golpe de Estado en Paraguay. El Tratado de Asunción, en su artículo 20, expresa que:
"La aprobación de las solicitudes será objeto de decisión unánime de los Estados Partes"
Por lo que dejar afuera la aprobación de Paraguay, que todavía es miembro de Mercosur, estaría en disonancia con este articulado. Sin embargo, en el Protocolo de Ushuaia, en caso de ruptura democrática, explica que las medidas en dicho caso "...abarcarán desde la suspensión del derecho a participar en los distintos órganos de los respectivos procesos de integración, hasta la suspensión de los derechos y obligaciones emergentes de esos procesos" (Artículo 5). Además, en el Protocolo de Montevideo (Ushuaia II), las medidas son más explícitas y agresivas (Artículo 6):
 - Suspender el derecho a participar en los distintos órganos de la estructura institucional del MERCOSUR.
- Cerrar de forma total o parcial las fronteras terrestres. Suspender o limitar el comercio, tráfico aéreo y marítimo, las comunicaciones y la provisión de energía, servicios y suministros.
- Suspender a la Parte afectada del goce de los derechos y beneficios emergentes del Tratado de Asunción y sus Protocolos, y de los Acuerdos de integración celebrados entre las Partes, según corresponda.
- Promover la suspensión de la Parte afectada en el ámbito de otras organizaciones regionales e internacionales. Promover ante terceros países o grupos de países la suspensión a la Parte afectada de derechos y/o beneficios derivados de los acuerdos de cooperación de los que fuera parte.
- Respaldar los esfuerzos regionales e internacionales, en particular en el marco de las Naciones Unidas, encaminados a resolver y a encontrar una solución pacífica y democrática a la situación acaecida en la Parte afectada.
- Adoptar sanciones políticas y diplomáticas adicionales.
De ahí que, la admisión de Venezuela, quizás sea dudosa y tramposa por aprovecharse de una coyuntura en Paraguay, pero está ajustada a derecho; del mismo modo en que el golpe de Estado en Paraguay estaba ajustado a derecho, pero de un modo muy dudoso y tramposo.

Pero saltemos de una vez a la parte hipócrita del asunto: El Mercosur es un esquema neoliberal de integración, no es un esquema de integración política, como lo es el ALBA, UNASUR o el CELAC. De hecho, el Mercosur no es muy diferente de un TCL (Tratado de Libre Comercio), puesto que es una forma más avanzada de TLC. Los que más se van a beneficiar de este acuerdo son las más grandes economías de América Latina: Brasil y Argentina, las cuales obviamente no se van a quejar de ello, y las grandes perdedoras son Uruguay y Paraguay, y ahora se le incluirá Venezuela.

Pero vamos a ilustrarlo mejor: Vamos a asumir una competencia entre bienes iguales, como lavadoras. En Venezuela, producir dicha lavadora cuesta 100$ dólares (obviamente es un ejemplo), mientras que en la Argentina cuesta 90$ dólares. Sin el Mercosur, la lavadora argentina estaría obligada a pagar aranceles cuando llegue a las aduanas venezolanas, lo que le aumentaría el precio a 110$. Eso protegería a la industria nacional venezolana, pues la lavadora venezolana sería más competitiva, más atractiva y accesible al consumidor. Pero ahora, con el Mercosur, la misma lavadora argentina ya no pagaría aranceles, lo cual no elevaría su precio y sería más atractiva y accesible al consumidor que el producto local. Eso destruiría la industria nacional, pues sería incapaz de competir con ello.

Algunos podría argumentar: ¿Destruir la industria nacional? ¡Pero sí ya está destruida, y Venezuela es principalmente un país importador! He ahí la hipocresía del asunto, puesto que en lugar de promover la producción nacional, nuestro gobierno "nacionalista, socialista y bolivariano" (3 palabras que no debería ir juntas), más bien está buscando el beneficio de las oligarquías brasileras y argentinas, que son las tienen la facilidad de exportar.

De algún modo, este gobierno que se dice socialista, y que ha tenido numerosas acciones proteccionistas, ahora se alegra de un tratado neoliberal y que, por definición, compromete la soberanía nacional.

Supongo que con esto último viene otra contradicción, puesto que el gobierno venezolano ha argumentado en contra del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, alegando la defensa de la soberanía, pero el Mercosur implica comprometer la soberanía a niveles que, a mi parecer, son muchos más altos, como lo es en el sentido de perder la capacidad de controlar las políticas económicas, aduaneras, fiscales y monetarias, y cederlas al bloque regional.

Y así como una persona de izquierda que se respete no puede estar a favor de un TLC con EE.UU., es sólo lógico que una persona de izquierda que se respete no puede estar muy contenta con la entrada de Venezuela al Mercosur, porque en realidad las diferencias entre una y otra son ínfimas.

Comentarios